Fernet Branca es una marca cuya asociación con el arte data de fines de 1800. En esa época ya se utilizaba el afiche para comunicar desde la marca. Tal es así que famosos/as artistas de la época fueron creadores de muchas – que en ese momento eran- “publicidades” de Fernet Branca.
No solamente estos/as importantes artistas crearon los afiches de Fernet Branca, sino también su famoso logo, el águila y el globo o mundo, que fueron creados por el artista Leopoldo Metlicovitz, referente del afichismo italiano y que hasta la actualidad sigue siendo el emblema de la marca. Otra marca de la familia que también expresa arte en su comunicación es Punt E Mes, en las cuales Armando Testa dejó su impronta en aquellos tiempos.
En el archivo de Fratelli Branca, el primer anuncio data del 14 de febrero de 1865. Se trataba de un anuncio en La Perseveranza, diario impreso en Milán entre 1859 y 1922. El anuncio impreso estaba, por así decirlo, “en sus inicios”: un print de más o menos 10x10cm con una abreviatura del nombre del producto, junto con algún contenido curioso.
“Il Fernet”, como se definía entonces, sería conocido a lo largo de la historia como “Fernet-Branca”. Se presentó como un licor con propiedades beneficiosas, particularmente útil para curar fiebres y estados de ansiedad.
Con el paso de los años, los anuncios adquirieron cada vez más importancia. De hecho, en 1876, con la primera edición del Corriere della Sera, la presencia de Fratelli Branca cubre también los diarios.
Las propiedades beneficiosas del producto cobran cada vez más importancia: se publican testimonios de varios hospitales y centros médicos, junto con sus sellos de calidad. Entre ellos, de particular importancia, se encontraba el hospital Fatebenefratelli de Milán. Gracias a los testimonios del director del hospital, Padre Nappi, el producto obtuvo más éxito y afirmación.


El águila que aferra la botella de Fernet Branca mientras sobrevuela el mundo aparece por primera vez en el interior de los calendarios de Branca en 1895. Después de algunos años de uso, el 27 de noviembre de 1905 el logo queda oficialmente depositado en el Ministerio de Economía Nacional de Italia.
La marca, que a lo largo de los años se convirtió en el símbolo de la empresa, tiene un importante origen: el autor es Leopoldo Metlicovitz. Nacido en Trieste en el año 1868, comienza su carrera en las Oficinas Gráficas Ricordi como colaborador de Giovanni Mataloni y de Adolfo Hohenstein, autores de afiches de gran éxito. Ganador de varios concursos, Metlicovitz se consolidó como uno de los artistas más representativos de la época y tendrá, al mismo tiempo, una gran influencia sobre autores jóvenes.
A partir de los años ochenta del siglo XIX, en plena belle époque, y hasta los años diez del nuevo siglo, se desarrolla la llamada «edad de oro del cartel modernista italiano». Una época de inédita floración artística en el ámbito gráfico, de la cual Fratelli Branca, es indiscutible protagonista.
Desde 1886 produce una serie de almanaques para el mercado italiano y extranjero, con imágenes que representan una vivaz crónica iconográfica ligada a los sucesos de mayor relieve. Es así como se forma una extraordinaria galería, casi una pinacoteca. Entre los artistas que firmaron estos calendarios se encuentran los más famosos de la época: desde Giuseppe Amisani a Elio Stelminig, desde Plinio Codognato a Osvaldo Ballerio, desde Achille Luciano Mauzan a Leopoldo Metlicovitz.



























“Arte Único” es un concurso de arte y diseño que desde su primera edición, y durante 16 años de historia en los que pasaron más de 15 mil obras, tiene como objetivo promover e incentivar el arte de los y las artistas emergentes en Argentina y desde el año 2022 para Latinoamérica, una gran posibilidad que abrimos para que, con una temática libre, creen, imaginen, puedan desplegar su arte y mantengan viva la tradición del afiche de Fernet Branca.
“Arte Único” es un concurso que apoya, fundamentalmente, el arte de artistas emergentes. Nace en el 2008 en Argentina con el objetivo de continuar con la rica tradición que tiene Fratelli Branca en el mundo desde sus orígenes, tanto con el arte como con el afiche. Desde su primera edición tiene como objetivo promover e incentivar al arte de los y las artistas en Latinoamérica, una gran posibilidad que abrimos hacia artistas para que, con una temática libre, creen, imaginen, puedan desplegar su arte y mantengan viva la tradición del afiche.

La Torre de Agua de Fratelli Branca es un ícono, otra expresión más de como la grandeza se encuentra en las entrañas de nuestras marcas.
Esta emblemática torre cumple con la función de contener el agua, ingrediente fundamental en la elaboración de todos nuestros productos.
El agua utilizada se extrae del Acuífero Puelche, reconocido por su alta calidad, que está ubicado a más de 80 mts de profundidad debajo de la planta de Fratelli Branca. El proceso de purificación y tratamiento de filtración es clave en la pureza del agua.
Esta torre, que logró ser el punto más alto de Tortuguitas y que en sus comienzos fue considerado como un faro por los habitantes de la zona, tiene también una conexión directa con la Torre de Italia, que fue también el punto más alto de su época en la ciudad de Milán y la única estructura elevada que no fue derribada en el bombardeo de la gran guerra.
El arte forma parte del ADN de Fratelli Branca, por este motivo se convocó a unos de los más reconocidos muralistas del mundo, Martin Ron, para que efectúe una intervención artística que represente la naturalidad y los botánicos que forman parte de la elaboración de nuestros productos, con una mirada actual y una técnica innovadora.
Este mural que domina Tortuguitas, Pcia de Bs.As, es coronado en la parte superior con el arte del icónico logotipo de Fratelli Branca: “Aguila Branca”, con las alas desplegadas y por encima de todo.



Estas dos estatuas fueron especialmente realizadas cuando se creó Fratelli Branca Argentina, en el año 1941, en el barrio de Parque Patricios.
Quien creó estas obras, fue el reconocido arquitecto escultor argentino Carlos De la Corcova, hijo del pintor argentino Ernesto de la Carcova, cuyo nombre lleva la Escuela Superior de Bellas Artes, y el museo de Calcos y Escultura de la Ciudad de Buenos Aires.
En su obra plasmó la “naturaleza y la alquimia”, representando a través de una mujer a la “naturaleza”. Esta conexión entre la naturaleza y la feminidad ha sido explorada de diversas maneras a lo largo de la historia. Y por otro lado a un "Monje con un racimo de Botánicos" para expresar y representar a la alquimia. En la antigüedad, especialmente durante la Edad Media, los monjes eran a menudo los custodios del conocimiento en muchos ámbitos, incluida la medicina y la alquimia.