La fiesta de La Buona Vita fue mucho más que un encuentro; fue una invitación a vivir el presente rodeado de amigos, buena música y sabores inigualables de la mano de nuestro London Dry Gin, Spirito Blu. Nos inspiramos en los paisajes del mediterráneo, y Chapadmalal se convirtió en el escenario perfecto para disfrutar del verano.
La vida en azul: el dresscode que reflejó el espíritu de Cerdeña
El dresscode fue uno de los grandes aciertos de la fiesta, con una paleta de tonos azules y looks playeros que capturaron a la perfección la esencia de la costa de Cerdeña, reforzando la atmósfera fresca y mediterránea.
El impacto visual alcanzó su punto más alto con un impresionante mapping proyectado sobre los acantilados. Juegos de luces y texturas replicaron el movimiento del mar, creando una experiencia visual que se fundió armoniosamente con el entorno natural. La música invitó a los presentes a bailar sobre la arena y seguir el ritmo de los increíbles sets de Djs en vivo desde el escenario principal.
Pero la diversión no terminó ahí: ésta increíble fiesta permitió disfrutar de actividades como stands de glitter, tatuajes temporales y talleres para diseñar tote bags personalizados. Estas propuestas interactivas aportaron un extra de creatividad, haciendo de La Buona Vita una experiencia inolvidable para todos. Los bartenders deleitaron a los asistentes con cócteles vibrantes, la estrella fue el Gin Blu Tonic y otros tragos que combinan el gin con cítricos frescos que realzan su sabor y versatilidad.
Carmu Castro Ruiz y Santi Colinet fueron algunos de los influencers que disfrutaron de esta experiencia y descubrieron el significado de La Buona Vita. “Vivir la Buona Vita para mi es un buen gin Blu en mano y disfrutar con amigos. Para mi eso es lo mejor de todo, así nada puede salir mal”, expresó Carmu. “La estoy pasando espectacular, no necesito más nada. Tengo un gin en la mano, tremenda fiesta atrás mío y a mis amigos para disfrutar esto. Así que feliz. Es increíble”, contó Santi en exclusiva a CARAS.
El momento épico de la fiesta
Lo más sorprendentes de la noche fue el espectáculo de aguas danzantes, cuando las luces se apagaron y la piscina del Calamar Loco creó una coreografía que se iluminaron al ritmo de la música. Esta sincronía entre luces, agua y sonido hipnotizó a todos los presentes. Ese mismo momento estuvo acompañado con la aparición de enormes caracolas que emergieron entre la multitud e hicieron vibrar la pista de baile natural.
La Buona Vita no fue solo un concepto, estuvo presente en cada una de las risas, brindis y melodías, reafirmando que el verdadero lujo está en los pequeños grandes placeres: una buena compañía, un entorno inolvidable y un trago fresco en la mano. Spirito Blu fue el aliado perfecto para celebrar el verano y transformar momentos en recuerdos imborrables.
